Fases de una estrategia

Cuando estas convencido de que es el momento de establecer una nueva estrategia para tu empresa debes pararte a pensar, antes de entrar en acción, sobre las diferentes fases por las que una estrategia debe pasar ya que esto te ayudará a establecer unas acciones concretas y unas prioridades que pueden servirte como guía a la hora de poder llevarla a cabo de manera eficiente.

A continuación, vamos a analizar una a una las diferentes etapas por las que se debe pasar a la hora de trabajar en una nueva estrategia para la empresa:

  • Fase de análisis: esta fase inicial es el pilar fundamental sobre el que se mantiene una estrategia y es crucial invertir aquí el tiempo necesario para garantizar el éxito de las fases posteriores de la estrategia. Como se explicaba en el artículo “¿Qué es la estrategia?”, existen algunos elementos clave tanto internos como externos que son necesarios analizar previamente en detalle que nos van a ayudar a entender hacia donde debe dirigirse la empresa y así poder tener mayor claridad en el momento de comenzar a definir el objetivo u objetivos de la estrategia. Entre estos conceptos se encuentran el análisis del entorno y de la competencia para entender que es lo que se está demandando en el mercado y qué es lo que ofrecen nuestros competidores así como analizar las tendencias futuras del mercado y el análisis de las debilidades internas de la compañía que nos ayuden a identificar aquellas que puedan tener un impacto o relación directa con el core del negocio, es decir, en las ventas de la compañía. Disponer de este análisis previo nos va a facilitar el poder definir nuestro objetivo a largo plazo y convertirse de esta manera en el objetivo de nuestra estrategia. En muchas ocasiones las empresas definen estrategias sin tener en cuenta hacia donde se mueve el mercado lo que provoca que al final del umbral no se logre el objetivo esperado y por tanto se encuentren ante una mala estrategia. Si quieres conocer más acerca de estas casuística, hablamos sobre ello en el post ‘Malas Estrategias‘.
  • Fase de definición de objetivos: una vez ya se ha realizado un análisis interno y externo de la empresa se dispone de información muy valiosa que permitirá identificar hacia donde debe dirigirse el negocio para poder seguir compitiendo en el mercado. Es en este momento cuando se comienza a pensar de manera estratégica y se inicia la definición de los objetivos a largo plazo de la compañía (este umbral debe ser definido bajo el propio criterio de la empresa teniendo en cuenta la profundidad del análisis previo realizado). Estos objetivos deben ser claros, concisos y medibles, y deben estar alineados con los valores, la cultura y el propósito de la empresa. Esta fase, junto con la anterior, termina de completar la sólida base de una buena estrategia ya que al tratarse de objetivos a largo plazo todas las acciones y fases posteriores girarán en torno a la consecución de estos objetivos. Unos objetivos mal definidos pueden provocar estrategias mal definidas e implementadas que impliquen tener que pivotar o rediseñar los objetivos a mitad del proceso o, en el peor de los casos, un impacto negativo en los resultados al final del periodo y una disminución de las ventas. Por tanto, definir unos objetivos sólidos y viables se convierte en la piedra angular de una buena estrategia.
  • Fase de definición de la estrategia: si bien esta fase podría incluirse como parte de la fase anterior, merece la pena tratarla como una fase independiente ya que es importante diferenciar entre el objetivo o fin a alcanzar al final del periodo (objetivo de la estrategia) y los objetivos y acciones intermedias que se establezcan para que, en su conjunto, logren el resultado final. Quiere decir esto que, teniendo claro el destino al que se quiere llegar, durante la fase de definición de la estrategia se van a trazar las diferentes acciones que la empresa debe seguir para llegar al objetivo de la manera más eficiente. No es únicamente una definición del qué se quiere conseguir sino del cómo se va a conseguir. Para ello, es necesario rescatar la información obtenida durante la fase de análisis para identificar las fortalezas y debilidades de la empresa. Esta información va a dar pistas sobre que caminos pueden ser más eficientes respecto a otros ya que una de las premisas de una buena estrategia es ser capaz de apalancarte en tus fortalezas para optimizar los resultados
  • Fase de implementación de la estrategia:
  • Fase de seguimiento:

Para que podamos poner esta teoría en practica veámoslo con un ejemplo:

La compañía X se dedica a la venta de ropa textil para el sector masculino bajo la denominación de una marca propia. Dispone de varias sucursales abiertas a pie de calle en las principales ciudades del país y, a través de una gran estrategia de marketing, dispone de un gran posicionamiento de marca donde comercializa sus productos de tendencia con una calidad media/alta. La fabricación se realiza en países de Europa del este y Asia permitiendo obtener un margen bruto por encima de la media del sector.

La dirección general ha estado trabajando en la estrategia de la compañía y este es el diagnóstico realizado:

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