Una empresa no es más que una organización de personas y/o recursos que trabajan para la consecución de un beneficio económico a través de una actividad en particular.
La manera en la que una empresa es capaz de gestionar y optimizar los recursos disponibles para la consecución de dichos objetivos es lo que determina, en mayor o menor medida, el grado de éxito que ésta tiene en el mercado.
En ocasiones nos pensamos que disponer de un buen producto o servicio es lo único necesario para que una empresa funcione y tenga éxito, y estamos equivocados. Disponer de un buen producto o servicio es importante, pero a veces olvidamos el resto de factores que afectan al correcto funcionamiento de una empresa y la relevancia de una correcta gestión de éstos en los resultados obtenidos.
Para poder analizar la totalidad de factores alto nivel que influyen en una correcta gestión de una compañía, vamos a utilizar una analogía que nos ayude a entender de una manera más visual estos conceptos.
Supongamos que una empresa es como un avión, el cual vamos a desgranar en diferentes secciones y que describimos a continuación: la cabina, el fuselaje, las alas y los motores y la cola.
- La cabina: en esta parte del avión se ubican el piloto y el copiloto y son los encargados de dirigir el avión hacia el punto de destino establecido. Son los responsables de hacer que el avión llegue desde el punto A al punto B de la manera más eficiente posible teniendo en cuenta todos los factores internos y externos que se dan en el momento de vuelo. Esta función es la que realiza el CEO, el emprendedor o el Comité de Dirección en una empresa, donde teniendo en cuenta todos los factores internos y externos tienen la responsabilidad de establecer las estrategias de la compañía y dirigir a la organización hacia la consecución de los objetivos definidos de la manera más eficiente posible. Para profundizar en la gestión de estrategias (funciones de la cabina) te recomendamos que accedas a a la Sección de Estrategia.
- El fuselaje: ésta es la parte principal de la estructura del avión cuya función primaria es dar cabida a la tripulación, a los pasajeros y a la carga, servir de soporte principal y conexión estructural al resto de componentes (cabina, alas y motores y cola) y alojar los sistemas y equipos de control que mantienen al avión en funcionamiento. Además de estas funciones, debe de proporcionar un rendimiento aceptable para mantener el resto de componentes activos sirviendo como base para cualquier acción que se realiza desde cualquier parte del avión. El fuselaje podríamos asimilarlo a la estructura de costes de la empresa relacionados con los costes de producto y/o servicio, personal, impuestos, así como cualquier coste directo o indirecto que afecte al resultado operativo de la organización. Si la estructura de costes no ofrece un rendimiento aceptable, el resto de las partes de la empresa se ven directamente afectadas quedando totalmente inoperativas.
- Las alas y los motores: situadas a ambas partes del fuselaje, las alas son los elementos primordiales de cualquier avión al ser en ellas desde donde se originan las fuerzas necesarias que hacen posible el vuelo. En su diseño, se tienen en cuenta todos aquellos factores que proporcionen el rendimiento más eficiente para enlazar la mayor velocidad con el menos consumo de combustible posible. Los motores son los encargados de aportar la potencia y aceleración necesarias para impulsar al resto de secciones del avión y, gracias a las alas, se produzca la sustentación necesaria que mantenga al avión estable. En una empresa, lo que hace posible el vuelo son las ventas. Sin ventas no hay vuelo siendo éstas impulsadas también por toda la gestión de marketing de la compañía. Por ello, nuestra ala y motores izquierdos de la compañía serán las ventas y nuestra ala y motores derechos serán el marketing y promoción de nuestros productos y servicios y que deben ser lo suficientemente potentes como para superar el nivel de costes de la compañía y poder de esta manera generar rentabilidad.
- La cola: situadas al final del avión cuya principal función es estabilizar la totalidad de la nave mediante maniobras realizadas por los pilotos desde la cabina. Además en esta zona del avión encontramos el depósito de combustible, elemento indispensable para el funcionamiento del avión y los motores. Sin combustible ninguna de las partes anteriores funciona. En una empresa, el combustible es el Cash Flow que insertamos en la propia compañía para su funcionamiento. Sin Cash Flow, no se dispone del capital suficiente para que ninguna de las partes anteriores de la empresa puede funcionar.
Como conclusión de esta analogía, podemos determinar lo siguiente:
- Todas las partes de una empresa son igual de necesarias e importantes. Cualquier fallo en alguno de los elementos puede suponer un desequilibrio en la estructura completa de la compañía poniendo en riesgo su nivel de supervivencia.
- Todos los elementos de una empresa deben estar conectados y soportados por la estructura de costes. Por ello, es relevante tener un control exhaustivo de esta parte para asegurar una base sólida respecto al resto de elementos.
- Todos los elementos de la compañía tienen que ser optimizados respecto a su correlación con el resto de los elementos. Una optimización de los elementos de manera independiente puede poner en riesgo la estabilidad de la empresa. Si tenemos un nivel de ventas elevado pero el nivel de costes es superior, el margen bruto será negativo y, por tanto, la rentabilidad de la compañía también.
- La definición e implementación de buenas estrategias es esencial para poder llegar al objetivo definido.
En definitiva, es importante entender y visualizar a la compañía como un todo y establecer acciones que aseguren una correcta interrelación entre todos los factores de cara a un objetivo común.
Mediante los diferentes posts tanto de Estrategia como de Empresa buscamos analizar en detalle todos los elementos de una compañía con el objetivo de optimizar cada uno de ellos para un correcto equilibrio global.
Gracias por estar aquí!